Hay elementos que hacen fundamentalmente a la identidad de las personas y hay elementos que son accidentales a ella. Sin esos elementos fundamentales la persona no sería quien es. Sin los elementos accidentales, la persona no dejaría de ser ella.
¿CUÁLES SON LOS ELEMENTOS FUNDAMENTALES QUE CONSTITUYEN LA IDENTIDAD DE LOS PAÍSES DE EUROPA?
El más fundamental de todos es la cultura común greco latina y judeo cristiana.
Otros elementos, que también están en el fundamento, como, por ejemplo, el mismo origen étnico indoeuropeo, no son decisivos.
De hecho, hay otras naciones de origen indoeuropeo -ejemplo, Irán- que no se identifican con Europa y a las que los europeos no identificamos como parte nuestra. Y hay poblaciones en Europa que no son de etnia indoeuropea -fineses, lapones, húngaros, búlgaros, vascos, etc.- pero que sí son parte de Europa y son en Europa gemas que enriquecen la magnífica alhaja de la identidad europea.
¿Es español alguien que no participa
del fundamento que es la
cultura hispana grecolatina y los valores que la constituyen?
La legalidad del ordenamiento jurídico y político puede decir que sí.
Pero, de ahí a que lo sea esencialmente, NO LO PARECE.
Veamos el caso de los gitanos españoles.
Nadie puede negar con justicia que sean VERDADERAMENTE ESPAÑOLES.
Pero, la historia nos dice que proceden de otra cultura -una cultura de la India- con bastantes valores diferentes; y que en ellos duró siglos el proceso de asumir la cultura hispana grecolatina y judeocristiana, la cual, finalmente, los identifica como VERDADEROS ESPAÑOLES.
Veamos el caso de los guineanos que eligieron seguir siendo españoles y se establecieron en España cuando se produjo la independencia de la ex Guinea Ecuatorial Española.
No son de etnia indoeuropea. Proceden de otra cultura originaria. Pero sus familias, ya en tierra de Guinea, ASUMIERON COMO PROPIOS los valores de la cultura española y se integraron en la IDENTIDAD NACIONAL como quienes son parte auténtica de esa identidad.
Por lo que voy a escribir, seguramente, no faltará quién diga que soy antisemita. Lejos de mí esa realidad. No sólo no soy antisemita sino que tengo conciencia clara de tener antepasados judíos y musulmanes.
Mucho se ha escrito a cerca de la expulsión de los judíos por parte de los Reyes Católicos y de la prohibición que se les hizo de volver a establecerse en España en los siglos posteriores.
Pero, la verdad, aunque sea políticamente incorrecto decirlo, y chille quien chille y reniegue quien reniegue, la verdad es que, desde la mentalidad de la época, el proyecto de España que tenían Isabel y Fernando era imposible de realizar contando con los judíos que vivían en Castilla y Aragón en el siglo XV.
Ellos eran judíos que vivían en en los reinos que debían integrarse en el proyecto España.
Ellos no eran ni castellanos ni leoneses ni aragoneses ni valencianos ni navarros ni granadinos.
Ellos eran judíos y su ser judío prevalecía sobre cualquier valor que mirara a la construcción de una patria española para todos.
La expulsión de los judíos los reyes la vieron, desde su mentalidad, como una necesidad real e inevitable si querían construir una patria común que diera unidad nacional a todos los reinos peninsulares.
Y, aunque también sea políticamente incorrecto decirlo, chille quien chille y reniegue quien reniegue, también es la verdad que, desde la mentalidad de la época, la expulsión de los moriscos se hizo de necesidad imperiosa para la unidad y la paz de esos reinos peninsulares que ya estaban construyendo la nación española.
La visión de la vida que tiene el Islam es radicalmente incompatible con la visión de la vida que nos da la cultura grecolatina y judeocristiana, que son el fundamento de la identidad de España y de Europa.
Los moriscos eran musulmanes descendientes étnica o culturalmente de aquellos invasores que repetidamente cruzaron el estrecho para someter por la fuerza de las armas a los no musulmanes que vivían en los territorios peninsulares.
El ladrón llama suyo a lo que adquirió por medio del robo u otras malas artes.
Los moriscos se creían con derecho a las tierras de España y las sentían suyas, pero su derecho no era sino el pretendido y falso derecho del descendiente de quien arrebató a otros lo suyo para desposeerlos de ello.
Yijad morisca de las Alpujarras
Los años que sucedieron desde la conquista de Granada hasta la expulsión final de todos los moriscos demostraron que esos musulmanes nacidos en tierras de lo que hoy es el Reino de España por muchas generaciones nunca fueron ni se sintieron españoles, por más que en muchos casos prestaran servicios muy valiosos a la corona.
Su ser musulmán prevalecía sobre el valor que era construir una patria para todos. Querían que los territorios peninsulares fueran para ellos y que los no musulmanes fueran sus sometidos, como lo habían sido en otros momentos de la historia.
La expulsión de los moriscos, a pesar de los muchos sufrimientos que produjo, fue algo que, a juicio de la mentalidad de las gentes de finales del siglo XVII, debía hacerse por necesidad de un bien mayor.
SE VIENE UNA GUERRA CIVIL PANEUROPEA 